Vas a lanzarte a Nueva York y no sabes si gastar en un boleto para el musical de Beetlejuice, aquí resolvemos tus dudas.

Tenemos que aceptarlo, cuando uno escucha hablar de un musical de Beetlejuice, basado en una película noventera de Tim Burton, con un protagonista de lo más antagonista y una historia que no es fácil imaginar musicalizada, es fácil entender por qué algunos pudieran tener reservas con respecto a esta obra recién estrenada en Broadway.

Pero permítanos ser los primeros en decirles que no hay nada más erróneo que eso. Beetlejuice es un musical enteramente disfrutable, con un elenco extraordinario, una historia que se apega a su material de origen, pero que también busca lugares propios donde brillar, y una producción sumamente espectacular que en definitiva vale el precio de su boleto (que varía de $60 dólares a $225).

Vámonos por partes.

Beetlejuice el musical de Broadway

NÚMERO UNO. EL MISMÍSIMO BEETLEJUICE.

Alex Brightman ya había brillado en musicales antes, específicamente como el lead en School of Rock, pero con Beetlejuice se luce como nunca y sencillamente enamora con un personaje que además le permite romper la cuarta pared -todo su primer número lo canta directamente a la audiencia-y bromear constantemente con el público.

Es fácil entender por qué fue nominado este año al Tony. Su energía es contagiosa, su humor ácido y preciso, y su visión de Beetlejuice tan distinta a la de Michael Keaton que la comparación ni siquiera es necesaria.

Beetlejuice el musical de Broadway, recomendación

NÚMERO DOS. LYDIA.

Sophia Anne Caruso no tiene un personaje con el que se puede lucir en la comedia, de hecho, a ella le toca ser la terrenal de la puesta; pero nada de eso importa cuando abre la boca para cantar. Mínimo en dos solos, Sophia provoca que el público sienta que está en un franco concierto pop (el personaje se presta a eso también) y su voz es tan única y especial que se vuelve el corazón latiente de la puesta.

NÚMERO TRES. DELIA, BÁRBARA Y ADAM.

El resto del elenco, aunque nunca llega a ser tan gracioso como Alex Brightman (él enciende cada escena en la que está) tienen excelentes momentos francamente hilarantes. Kerry Butler y Rob McClure son de lo más tiernos como los fantasmas cuya casa ha sido invadida por humanos, y tienen momentos hilarantes nacidos de la absoluta ingenuidad; pero Leslie Kritzer en el papel de la «life coach» de Lydia, y posteriormente como «Miss Argentina» en el Netherworld es simple y sencillamente de carcajada.

Beetlejuice el musical de Broadwway, recomendación

EL MOMENTO HARRY BELAFONTE.

El «Daaaay-o» en la película es probablemente el momento más icónico y divertido de todo el largometraje; y sí, el mismo está incluido en la puesta. Cambiado y variado para incluir nuevos personajes y momentos, pero igual de increíble que en la original, estrafalario, surreal e ideal para cerrar el primer acto. Los fans de la cinta no se van a decepcionar con éste.

EL DISEÑO DE PRODUCCIÓN.

Estamos hablando de la parte visual: los vestuarios, escenografía, maquillaje, pelucas y gusanos gigantes. El expresionismo de Tim Burton está presente y exagerado de manera teatral, especialmente en el Netherworld, un conjunto de cubos desalineados que parecieran un túnel infinito, y en la casa en cuyo interior se desarrolla casi toda la historia. El pelo, corbata y manchas faciales de Beetlejuice va cambiando conforme pasan las escenas (¿cómo lo hacen tan rápido?) y el personaje de Delia se saca cada vestido con el que Helena Bonham-Carter soñaría con poderse pasear.

La iluminación termina de crear este ambiente donde el blanco, negro y morado preponderan; y cada que sale un gusano gigante del fondo del escenario (incluido uno que Beetlejuice va montando en un trajecito de velour rojo) es un momento para perder la respiración como niños chiquitos.

Beetlejuice el musical de Broadway, recomendación

LOS EFECTOS ESPECIALES.

Sí que los hay. Tal como en la película o más. Beetlejuice se multiplica (de una manera no tan mágica, pero muy funcional), nos muestra el cerebro palpitante, Lydia vuela sin cables o arneses (¿cómooo lo hacen?), la capataz del inframundo fuma por la garganta y la casa se vuelve loca para atrapar a sus inquilinos como en una pesadilla. No estamos diciendo que sea una Harry Potter, pero los efectos cumplen y resultan de lo más entretenidos.

LAS CANCIONES.

Hey, Beetlejuice no tendrá su On My Own, ni siquiera su Waving Through A Window, pero lo que tiene es un soundtrack absolutamente divertido, que si bien no vas a poner en tu coche para hacerle al karaoke, durante la función sirve para hacerte reír y vivir la irreverencia. A excepción de las baladas de Lydia. Pongan especial atención a «The Whole Being Dead Thing», su vibra meta y el hecho de que se cante rompiendo la cuarta pared hacen de su letra algo muy especial.

Entonces qué…¿ya te convencimos?

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