Una versión acelerada y recortada hasta quedar casi irreconocible del clásico de Romeo y Julieta, que en manos de Fabián Ibarra pierde símbolo y significado y se rellena con comedia inadecuada, en un montaje seco y descuidado para el Foro Shakespeare, donde la iluminación no permite ver a los actores, y la música insiste en saltar de un estilo a otro sin jamás encontrarle una personalidad propia a la puesta.

Pocas cosas de lo que recuerdas y tienes presente de Romeo y Julieta sobreviven a la versión de Fabián Ibarra (director) que usando la traducción de Pablo Neruda y en una adaptación de poca pericia de la tragedia de William Shakespeare, acaba tijereateando escenas y personajes clave en un montaje sumamente reducido de una de las historias de rivalidad, amor y muerte más grandes de la historia, que se siente como ver a Romeo y Julieta en fast forward sólo para acabar rápidamente con la tarea.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

Encima de todo, montada en una caja negra a la que Ibarra no logra sacarle provecho alguno y sólo consigue difuminar espacios que nunca quedan claros dentro de la ficción, y mantener a sus actores alejados los unos de los otros, distantes, y continuamente de perfil, bajo golpes de luz cenitales que, cuando el elenco consigue pararse en ellos, porque la mayor parte del tiempo no alcanzan a llegar a su luz y permanecen en oscuro, acaban por tener facciones monstruosas con una luz que les llena de sombras las caras y les oculta la mirada.

Y es una verdadera lástima porque la materia prima con la que está jugando es una de las más geniales para el teatro. Cuando sí se le analiza y se le recarga de nueva vida. En esta Romeo y Julieta hay una narradora y es la ama de Julieta, interpretada por una Aída del Río que es la verdadera encargada de jalar las riendas de la puesta y sostenerla, cuya presencia permite que el trago amargo de lo disoluto del montaje se digiera de manera más liviana. Un personaje cómico que Aída aborda con absoluta picardía y descaro, pero que acaba siendo sobre-usada en una versión que ha borrado a muchísimos personajes y ahora carga sus acciones y momentos en ella como si tuviera sentido.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

De cualquier manera, Aída del Río es en definitiva la boya que flota en el naufragio. La única que rompe la cuarta pared para, en una prosa no tan bella como la más clásica que conocemos, pero de momentos líricos lindos (que no todos en el elenco saben abordar) contarnos presurosamente sobre Romeo y Julieta. Los Montesco y los Capuleto. Un poco como cuento de fogata, no tanto una tragedia shakespeareana. En la búsqueda por saltar más prontamente al final de las cosas, escenas como la de la boda, las pláticas con Fray Lorenzo, la decisión de suicidio de Romeo y su búsqueda por veneno, la existencia previa de Rosalinda, y muchas cosas más quedan completamente borradas del mapa y se vuelven, si acaso, una mención por parte de la narradora del relato que las comenta como un «por cierto».

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

Lo mismo le acaba pasando a personajes como Benvolio, que esta versión de Romeo y Julieta ha decidido desaparecer y cuya ausencia provoca que no haya un punto medio, un pacificador, y un confidente para el taciturno Romeo de Diego Meléndez, que en todos casos, el rol lo acaba asumiento Mercucio, que en manos de Gonzalo de Esesarte está pintado como adolescente sobre energizado, bully, burlón y travieso. Varias cosas que sí hacen sentido con el Mercucio que conocemos, pero otras que lo desnudan de virtudes y defectos más llanos para priorizar su lado cómico y poder hacer con él un patiño, cuya muerte a manos de Tibaldo termina por sentirse fría y obvia, y nada que provoque mayor sentimiento.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

El mismo Tibaldo, que interpreta Federico di Lorenzo también acaba pintado en una luz extraña. Una especie de cinismo y calculación que no termina de embonar con lo impulsivo y rabioso del primo de Julieta. El Conde Paris también es totalmente reemplazado por meros diálogos que aluden a su existir, dejando a la Julieta de María Ibarra, que no es sino un frasco vacío de lo que podría ser Julieta, sin un inminente. Más que un peligro cuya presencia pareciera meterse entre los dos amantes, Paris es un pensamiento lejano, como una advertencia de un padre a un niño que no quiere comer bien. Nada que podamos tomarnos en serio.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

Quizá de los personajes que más faltan en la puesta y cuya edición transforma la Romeo y Julieta de Fabián Ibarra en una colección de anécdotas, es Fray Lorenzo. El punto de vínculo entre Romeo y Julieta. La única mano extendida para ellos. El sabio y el verdugo. Todo aquello que el fraile detona en la puesta y cuya inclusión hace posible el comienzo de la trama y el final de la tragedia aquí no pasa. Se comenta, si acaso, sin suficiente contundencia y, la cosa es, cualquiera que no conozca previamente el texto de William Shakespeare, después de la recortada máxima de esta versión no tendría manera de entender los cómos ni los porqués.

Misma cosa que sucede con los espacios. Fabián Ibarra busca minimalismo, quizá, en absoluta caja negra y con el mínimo de utilería, pero lo que proyecta es poca visión. Bajo su dirección, la caja negra nunca se convierte en otra cosa que no sea vacío. La ausencia de figuras y formas que pueden evocar imágenes en la imaginación es presistente, y escenas clave quedan muertas en un espacio que en toda medida pareciera ser usado como salón de ensayos para una lectura dramatizada.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

La escena del balcón, la que más sufre en este dispositivo, es otra que pide del público ya conocer la historia y las locaciones antes de llegar a la obra. Romeo no está abajo y Julieta no está arriba. No existe la incapacidad de verse en un inicio ni el esfuerzo que hace Romeo por trepar a ella y demostrarle que a él no lo detienen obstáculos. Parados a una distancia de dos metros, quizá, e iluminados cada uno con su propio cenital en un azul que les pinta por completo la piel, no para simular un espacio nocturno, sino de forma caricaturesca, ambos quedan nivelados excepto cuando Romeo se agacha en el suelo (cosa que hacen seguido, muy seguido en la obra en búsqueda de provocar dramatismo). La declaración de amor se yergue como un intercambio de pura comedia, que marca el inicio de un tono que nunca logra traspolar lo gracioso a trágico. Lo bobo a emotivo. Y que en búsqueda de reacciones fáciles, deja de la traducción instantes de homofobia y misoginia que más que cómicos resultan incómodos, pero integra palabras como «¡Caramba!» en la boca de Mercucio, haciendo de Romeo y Julieta una tragi-comedia de pastelazo.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

Fabián Ibarra no se decide por un estilo o tono e insiste en mezclar todo tipo de trazos ad libitum que nunca más vuelven a ser usados o se acomodan a la personalidad de una puesta que no sabe lo que quiere decir o cómo. La música salta de géneros, algunos en pista y otros cantados por los actores en escena, cosa que es una lástima porque teniendo las voces de Gonzalo de Esesarte, Fede di Lorenzo y Diego Meléndez ahí al alcance, no usarlos de forma más constante pareciera un desperdicio. Y en muchísimos casos, como en la escena en la cripta o la despedida antes de la huida de Romeo a Mantua termina por caer en lugares francamente cursis y de mucha manipulación emocional.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

Ahí donde Julieta estaría dolida y confundida, y Romeo desesperado y asustado, Ibarra decide crear el momento más excesivamente romántico de la obra, cuando ambos finalmente consuman su matrimonio tras la muerte de Tibaldo, que convierte en una especie de danza interpretativa, movimiento que parece salir de la nada en una puesta que ni de cerca usa trazos que lleven a él, nuevamente iluminados en un tenue azul de poca estética y poca apreciación para el ojo que apenas si puede entender lo que está pasando.

En general, los visuales parecieran descuidados. La iluminación siendo la que menos pareciera preocuparse por mantener una escena bonita o al menos perceptible, pero seguida muy de cerca por el vestuario que no permite entender tiempo o época, discurso por parte del autor, o francamente la personalidad de ninguno de los personajes (quizá, el que más, la ama, pero apenitas), y que en toda medida pareciera haber sido solucionado de último momento y comprado en la primera tienda de ropa que se atravesó en el camino.

Romeo y Julieta en Foro Shakespeare

En fin, una Romeo y Julieta reimaginada hacia donde pierde demasiado de lo que la hace universal, potente y eterna, con un epílogo inconcebible, donde después de la muerte de Romeo y Julieta nos transportamos a no sabría decir bien dónde, para hablar de otros dos amantes que se leían poemas en un parque y fueron atropellados por un coche. Un cierre incomprensible de muchísima pretención, cuya finalidad me encantaría poder entender, pero pareciera un intento desesperado por denotar que Romeo y Julieta le puede hablar a muchos casos, muchos amantes y en muchas situaciones, pero narrado en alarmante color rojo que sólo se convierte en un gran signo de interrogación. Un montaje que ni Shakespeare ni Neruda podrían rescatar de las garras de la autocomplaciencia y la falta de rigor.

Romeo y Julieta se presenta los jueves a las 8:30pm en Foro Shakespeare.