El nuevo montaje de Evita de Andrew Lloyd Webber, dirigido por Jamie Lloyd ya estrenó oficialmente en West End con críticas divididas.
La fascinación por Rachel Zegler es clara, los críticos de Londres están apantallados con su interpretación de Eva Perón en Evita, el musical de Lloyd Webber porque el que han pasado figuras como Patti Lupone, Auli’i Cravalho y hasta Madonna; pero el nuevo montaje en manos de Jamie Lloyd, mismo que dio briosa vida a Sunset Blvd en Broadway, ése no fue recibido con la misma pasión, dividiendo opiniones entre los críticos.
Esto se está escuchando la crítica especializada:
Time Out .- «Hay mucho que emociona. La escena del balcón apantalla. La coreografía de Fabian Aloise es fenomenal, juguetona, espasmódica y contorsionante, como una posesión demoniaca pero sexy. Y por dios, Zegler (…) Su interpretación es brillante e indolente. De verdad se te cae la mandíbula con su rango, es una niña teatrera y te esperas la belleza de su Don’t Cry For Me Argentina, pero es la parte rock en leather la que es una verdadera revelación. ¿Ok, entonces show del año? No tal cual (…) Con el elenco vestidos como si fueran a salir a un afterparty moderno e intimidante, cada número musical es tratado como un mini videoclip, montado en estas escaleras abstractas de escenografía. Hay grandes ideas dentro de esto -y unas partes brillantes que te paran el corazón donde el color azul de pronto reviente en la clásica paleta monocromátic de Lloyd/Gilmore- pero nada de eso realmente te ayuda a entender qué está pasando en las escenas de manera precisa».
Variety .- «Con iluminación y sonido como armas cargadas, esta vibrante producción del West End es casi ‘Evita, El Concierto Rock’, pero, aunque entrega a manos llenas capacidad de generar sensaciones, algo mucho más importante está perdido. Ese algo es el relato. La gente que no conozca el musical, seguramente saldrá muy confundida y tendrá que leer una sinópsis antes porque la caracterización detallada y la trama acá están completamente sacrificadas en nombre del espectáculo».
The Guardian .- «En su debut para el West End, Zegler está fenomenal. Desvestida hasta la ropa interior, es una Perón indiferente a haber sido expuesta, maquiavélica, villanamente exquisita, pequeña pero acerada al extremo, una reina del hielo consumada. Camina con sus manos en las caderas espeluznante en su ambición imparable. (…) La obra es hipnótica pero la narrativa se echa un paso para atrás para este musical rockero, que es prácticamente cantado de principio a fin con lo que se siente como una historia ligada con papel delgadito. Uno ve el Peronismo convirtiéndose en autoritarismo, pero no termina de entender cómo. En el montaje previo de Lloyd, el personaje del Che (Diego Andrés Rodríguez, también narrador) usaba una playera del Che Guevara para dejarle saber a la audiencia quién era. Ahora viste de negro y para aquellos que no conozcan la historia probablemente permanece anónimo».
The Telegraph .- «El factor sorpresa es llevado al extremo aquí, tanto en el escenario del Palladium como en su balcón afuera, donde Zegler consigue atraer multitudes cada noche a la calle debajo con su impactante interpretación de la canción característica de Evita, Don’t Cry For Me Argentina, que se graba en vivo por un equipo de video y se proyecta adentro en una pantalla gigante. Mostrando nuevamente su presencia y brutalidad vocal, Zegler hace que la música de Andrew Lloyd Webber suene mejor que nunca. Su talento pide nuestro arrebato, e igualmente su seducción masiva de la audiencia se siente cuidadosamente estratégica alimentando la estocada de la trama del show».

Theatre Weekly .- «Rachel Zegler, haciendo su debut en West End como Eva Perón, es una intérprete magnética con una presencia innegable en el escenario. Su Eva es fuego y es flash, más diva del pop que figura política. De una fisicalidad dominante, no le falta tampoco movimiento de cadera y empuje de pélvis, pero a su caracterización le falta profundidad. Mucho del show lo pasa solo en bra, y su Eva se siente más como un símbolo que como un personaje completamente construido, y la producción no le da espacio para evolucionar. El resultado es un retrato que es llamativo de ver, pero emocionalmente elusivo».
The Standard .- «Ignoren a los haters, Rachel Zegler es un absoluto triunfo en la Evita de Jamie Lloyd en el London Palladium. La escena en el balcón es una pieza osada de comentario político por parte de Lloyd, mientras la coreografía de Fabian Aloise está cargada de energía sexual. Gran teatro se puede lograr con varias cosas: calidad de estrella, espectáculo, la captura de momentos como relámpagos en un frasco, el poder alquímico de la canción o el diálogo en un escenario vacío. En esta Evita, todas estas cosas se hacen una de forma victoriosa».
What’sOnStage .- «La mayor cualidad de Lloyd como director es que sabe crear momentum, pero también entiende de quietud y sutileza. Deja que le actuación respire. ‘On This Night Of A Thousand Stars’ está repleta de acción, pero a Zegler se le da espacio para que pele los ojos a la idiotez del cantante de tango que se convierte en el primero hombre en haber sido usado por Eva Perón. Cuando reemplaza a la anterior amante de Juan Perón, su cara de triunfo es socavada por el aliento de melancolía de Bella Brown mientras canta ‘Another Suitcase, Another Hall’, desapareciendo en la oscuridad con su vestidito gris. Lo gesticular de su cara, el rango de su voz, sus pequeñas inflecciones de cabeza y cuerpo para expresar pensamiento y sentimiento, todo eso demuestra la verdadera estrella que es Zegler».
Theatremania .- «En esta brumosa fantasía en el Palladium, Eva y su némesis-narrador, Che se jalonean por su legado como dos espíritus batallando en el purgatorio. ¿Fue ella realmente una mujer del pueblo cuyo pragmatismo se sentaba en una dura cama de idealismo, o era una explotadora maquiavélica que buscaba toda la riqueza y fama argentina que pudo conseguir para ella? La respuesta es tan elusiva como algunas de las decisiones de dirección de Lloyd. Es un show que tiene mucho que decir sobre cómo es percibida Evita ahora como resultado del musical de Lloyd Webber y Tim Rice, casi tanto como lo es sobre la verdadera Eva».
London Theatre .- «Habiendo ahora visto la escena del balcón desde adentro del Palladium, estoy encantada de anunciar que es igualmente electrizante, si no es que más, como parte del show. En una pantalla gigante vemos en vivo no sólo a Eva, pero a cientos de gente que la mira, levantando sus teléfonos, hipnotizados por ella, una imágen apantallantemente perfecta de este relato sobre política populista, showbiz, adoración por las celebridades y creación de mitos estratégicos. También resulta característica de esta producción contemporánea y cargada de adrenalina de Jamie Lloyd. En esta versión inmersiva de la sátira musical de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, no sólo ves la historia de harapos a riquezas de Eva, la sientes en cada palpitar».
Jamie Lloyd dividiendo opiniones no es nada nuevo para el teatro contemporáneo, después de todo es un director que antepone el riesgo a la zona de comfort, pero es una tranquilidad saber que el trabajo de Rachel Zegler está siendo recibido con tanta celebración, y la famosa escena en el balcón que ha provocado de pronto indignación en redes, la bendición de los críticos de la fuente.
Evita está programada para también llegar en algún momento a Broadway donde, sabemos, las críticas pueden llegar a ser muy distintas a las primeras reacciones del otro lado del océano, pero no queda más que esperar para saber cómo será recibido ese balcón en las calles de Manhattan.
Por ahora, si tú ya la viste, cuéntanos en redes sociales cuál es tu opinión de esta nueva visión de Evita que es todo menos el clásico que muchos tienen en la cabeza.