Cuando pienso en John Krasinski y el género cinematográfico en el que podría hacer sus pininos de dirección, lo último que me viene a la cabeza es el terror. Para mi sorpresa ( y seguramente la de muchos), su segundo trabajo gritando “¡Corte!” es con A Quiet Place (Un Lugar en Silencio), thriller sobrenatural que se aleja por completo de su opera prima, The Hollars, y que apuesta por una recaudación de taquilla mucho más generosa que la que recibió aquella desdeñada comedia del 2016.

La familia en A Quiet Place.

La trama es simple: una familia conformada por padre (el mismo John), madre (su esposa en la vida real y próxima Mary Poppins, Emily Blunt) y tres hijos pequeños, buscan la manera de sobrevivir en un mundo asediado por unas extrañas criaturas que cazan a través del sonido. Cualquier ruido mayor a un murmullo es suficiente para que estos monstruos ataquen, por lo que es indispensable mantenerse en silencio: hablando con señas, caminando descalzos sobre senderos hechos con arena y hasta adecuando las casas para evitar hasta el más mínimo chirrido de sus pisos.

Desde el momento en que Krasinski nos presenta esta realidad, es difícil no entrarle de lleno al juego. ¿Se imaginan cómo sería nuestro mundo si guardar silencio no fuera una cortesía, sino la única manera para sobrevivir? ¿Cómo nos comunicaríamos? ¡¿CÓMO SABRÍAMOS A QUÉ HORA PASAN LOS TAMALES OAXAQUEÑOS, TAMALES CALIENTITOS?!

Emily Blunt en A Quiet Place

Acostumbrados a películas de terror donde el sonido es tan importante en los momentos de suspenso como los mismos recursos visuales, esta cinta resulta una bocanada de aire fresco cuando gran parte de la tensión que vivimos de mano de la desafortunada familia es resultado de inquietantes momentos de silencio. La audiencia sabemos que el menor ruido significa muerte y, curiosamente, la sala de cine donde tuve oportunidad de ver esta película estaba prácticamente muda…

Aunque claramente influenciada por trabajos de terror y ciencia ficción que han dejado huella en la historia del cine y la tele (hay guiños a Alien, al suspenso de Señales, a algunas icónicas escenas de Jurassic Park y ni hablar de la aparición especial del primo hermano del Demogorgon de Stranger Things), Un Lugar en Silencio es bastante efectiva por su sutil manejo del horror sin recurrir al gore o a los sustos forzados. Además, detrás del gancho de “monstruos que atacan a través del sonido” se encuentra la historia de una familia a la que quieres ver sobreviviendo tanto a la amenaza sobrenatural como a sus propios dramas y personajes que con poco o nada de diálogo (pero mucho lenguaje de señas) dicen mucho.

A Quiet Place

Bien por Krasinski y su inmersión en este género y bien por esta cinta que seguramente estará haciendo mucho ruido en la taquilla de las próximas semanas (get it?).