Nuestro Cuaderno Rojo es un franco anecdotario sobre la mensturación que a través de diversas historias de mujeres y hombres deja muy claro que aún tenemos muchos tabús de los cuales liberarnos cuando de «la regla» hablamos…o no hablamos.
Como hombre escribiendo estas líneas hay una cosa que quisiera confesar. Yo sé poco de la menstruación. En mi casa crecimos puros hombres y por tanto nadie nunca nos enseñó más allá de lo básico. Es decir, mi hermano y yo estamos conscientes del proceso biológico detrás de la regla, pero, por ejemplo, no fue sino hasta mis veintes que me enteré que la toalla femenina tiene pegamento para adherirse al calzón, o que la copa no se llena hasta el tope en un par de horas. El otro día externé en Instagram la pregunta: «¿Qué pasa cuando estornudan y están en sus días?»
Tonterías que no llegan al colmo de las mismas mujeres que descubren un día sangre entre sus piernas para pensar que se están muriendo, porque nunca nadie les explicó lo qué realmente está pasando con su cuerpo, pero que igualmente vienen de un lugar de ignorancia y de silencio.
Nuestro Cuaderno Rojo es ese altavoz que viene a romper el silencio para platicar de un tema tan natural como las lágrimas y los calambres, sin tabús, sin tapujos y hasta con humor.
Ana Silvia Garza, Mariana Garza y María Perroni (abuela, madre e hija en la vida real) van revelando las historias reales de distintas mujeres y hombres respecto a la menstruación: su primera vez, sus miedos, sus dudas y supersticiones con el motivo de ayudar a la ficcional María (que aún no pasa por ese proceso) a que entienda mejor qué es lo que viene y cómo lo han recibido otras en el pasado.
Claudia Romero (dramaturga) basó su texto en My Little Red Book de Rachel Kauder, la original pionera en recopilar todas estas historias, no sólo en un libro, pero también en una página de Internet en la que pedía a mujeres de todos los orígenes y todas las edades que compartieran su experiencia; labor que ahora Nuestro Cuaderno Rojo continúa al incluir en la entrada del teatro un buzón para seguir recibiendo anécdotas y esparciendo la voz.
La puesta en sí sucede sobre una lúdica y acolchonada escenografía de Jorge Ballina, que resembla una hilera de toallas femeninas-taburetes perfectamente blancos, sobre la que las tres mujeres (también vestidas de blanco) saltan, corren, se acuestan y se despabilan en una dinámica francamente familiar para leer y recrear una a una las historias en el cuaderno rojo de María. Convirtiéndose en todo tipo de hombres y mujeres sólo por instantes, como si de un juego se tratara.
En ese sentido, Alejandra Ballina (directora) lleva a sus actrices a un espacio de naturalidad, si bien un poco «naive» y atiborrado de risillas, que calca la inevitable dinámica infantil del adulto con el niño, también alegre y lejano al oscurantismo histórico de la menstruación.
La obra entonces se convierte en un espacio didáctico más cercano a la vibra del teatro para jóvenes audiencias con un texto ligero y juguetón que nos transporta hacia la moraleja del «no hay nada de que avergonzarse, no hay a qué tenerle miedo», y en el que se cuelan un par de chistes más adultos, muy puntuales y atinados, entre ellos uno sobre «Dora la Menstruadora» que provoca carcajadas.
Y no es si no hasta que estás en presencia de todas estas anécdotas que te das cuenta que aún vivimos en la era de las cavernas, donde hay mujeres que no se acercan al agua durante su periodo porque pudiera representar mal augurio, y hombres (como yo) que en presencia de un anaquel completo de toallas femeninas se sienten tan perdidos como a la mitad de una carretera sin mapa y prefieren dejarle esas abrumadoras compras a las mujeres de la casa.
Y ahí justo se encuentra el valor de Nuestro Cuaderno Rojo. Para niños y para adultos es un claro recordatorio de la mucha falta que nos hace hablar del tema, dejar ir tabús, superticiones, soltar incomodidades y penas, y volvernos naturales.
Nuestro Cuaderno Rojo se presenta los lunes en el Foro Lucerna.