Felix Barrett y Punchdrunk tienen nueva experiencia teatral tras el cierre de Sleep No More, Viola’s Room, donde ni siquiera hay actores.
Sleep No More dejó una huella marcada en Nueva York difícil de borrar como la primera obra realmente inmersiva que marcó un antes y un después en la manera de hacer este tipo de espectáculos. Los espectadores entraban usando máscaras y eran libres para vagar por el espacio y descubrir por ellos sólos, en el orden que quisieran, todos los pedazos de una historia que recordaba a Macbeth regados por doquier. Sleep No More cerró en Nueva York después de 14 años, pero su creador Felix Barrett y la compañía Punchdrunk están de regreso en la Gran Manzana con un nuevo proyecto aún más innovador que el anterior.
La nueva obra lleva por nombre Viola’s Room y está inspirada en el cuento de hadas, The Moon Slave, sobre una princesa a punto de casarse que es transportada a un bosque y obligada a bailar ante música que sólo ella puede escuchar. Y cada mes de luna llena la princesa debe volver al bosque. Se encuentra actualmente en temporada Off-Broadway en The Shed y los fans de Sleep No More podrán comprobar que, aunque inmersiva, no podría ser más distinta que ésa que puso en el mapa a Punchdrunk.
De entrada, a Viola’s Room sólo tienen acceso seis personas por función, y esta vez los espectadores no tienen permitido caminar a su voluntad, pero deben seguir un recorrido pre-establecido que los lleva cuarto por cuarto donde la historia se va desarrollando. El público entra sin máscaras, pero descalzo, y más importante que todo, no se van a topar con ningún actor interpretando escenas en vivo.
Y es aquí donde Felix Barrett vuelve a innovar. En lugar de una compañía de actores, Viola’s Room sólo tiene a una: Helena Bonham Carter. Pero ella no está presente durante las funciones. El público utiliza audífonos para escuchar su voz de forma íntima y transformarla en su narradora y guía personal. De acuerdo a Barrett la idea de limpiar le escena de actores era para poder mantener el foco en la audiencia y en los espacios. El público inicia el espectáculo en el cuarto de una adolescente, para después gatear hacia el mundo fantástico de Viola donde hay árboles, y laberintos, y un banquete, una capilla, un foso de arena, a veces total oscuridad, paredes que parecieran cerrarse y otros varios ambientes creados por Casey Jay Andrews.
El espectador tiene permitido analizar los espacios y tocar los distintos objetos dentro de los muchos cuartos, aunque el tiempo apremia, porque Helena Bonham Carter nunca deja de pedirte que te muevas, junto a señales de luz que te hacen saber cuando es momento de pasar a la siguiente habitación. «Estás realmente en ese espacio liminal entre la infancia y la adultez, y es intensamente mágico. Es profundamente melancólico también de alguna forma, porque sólo puede durar un pequeño momento. Pero también es emocionante porque estás con los pies en dos mundos diferentes. Y eso era lo que queríamos transmitir con esta pieza y ofrecer a la audiencia la oportunidad de regresar a sus propias infancias por una hora», explicó Felix Barrett en entrevista con Playbill.
Viola’s Room abrió originalmente en Londres antes de su transfer a Nueva York donde actualmente se presenta seis días a la semana por unas cuántas horas cada día, los sábados, por ejemplo, son 10, lo que significa 10 únicas funciones. Pero aunque el acceso es limitado para mantener la intimidad, los costos son sumamente accesibles, comenzando en $49 dólares el boleto. La obra permanecerá en temporada en The Shed hasta el 19 de octubre.