La nueva miniserie de Kit Harington de AMC (originalmente de HBO) es todo lo que uno esperaría de un alumno de Game of Thrones, cruel, sangrienta, dramática y te mantiene al filo del asiento desde el segundo uno.

Seguramente has escuchado hablar de Guy Fawkes, cuyo nombre aún se celebra hoy en día en Inglaterra, el hombre detrás de la famosa y fallida «Conspiración de la Pólvora», que en 1605 intentó asesinar al Rey Jacobo I, protestante que le había declarado la guerra a la religión católica y a los seguidores del Papa.

Gunpowder, no sólo protagonizada, pero también creada y producida por el mismo Kit Harington, nos transporta directo a la Inglaterra de esa época y nos sumerge en un panorama grisáceo de conversaciones sórdidas, miseria y miedo constante a un monarca que -como tantos retratados por el cine o la televisión- pareciera no conocer límite a su edonismo y egomanía. De estas series que te agorzoman desde el minuto uno y de la que sabes, vas a recibir pocos o nulos momentos de comedia o ligereza.

Los primeros 12 minutos son suficientes para darte cuenta que Gunpowder no pretende huirle a la crueldad de su concepto, cuando antes siquiera de que nos adentremos en la historia ya fueron torturados y asesinados dos personajes, una desangrada, con la columna rota a base de pesas sobre su cuerpo, y otro asfixiado, desmembrado, descabezado y quemado por un verdugo que definitivamente no conoce límites.

Los fans de Kit Harginton como Jon Snow en Game of Thrones ya estarán acostumbrados a este tipo de sadismo televisivo, pero para otros pudiera resultar francamente brutal. Este crítico tiene que aceptar que a momentos la serie lo ha hecho voltear la cara.

El villano que se convierte en el perro de caza para Guy Fawkes, Thomas Wintour y el Robert Catesby de Kit Harington -todos personajes históricos reales- se presenta como una especie de Sheriff of Nottingham brillante, maquiavélico y obsesionado con servir a su corona, el antagonista perfecto para este tipo de historias de época, a la Robin Hood, de las que lo que menos espera uno es una tonalidad natural.

Gunpowder (que en México estrena hoy, lunes 12 de marzo por AMC) es definitivamente una miniserie para los amantes de la tele cruda, no forzosamente para los aficionados a los dramas históricos como The Tudors, bien hecha, de producción impecable en locaciones y vestuario, y si tienes el talante te la puedes acabar en una sola sentada (sólo tiene tres capítulos). Sólo no digas que no te lo advertimos.

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