Una historia para el geek que llevas dentro y el niño que alguna vez fuiste, un espectáculo de referencias pop, y una aventura sencillamente emocionante como hace mucho Spielberg no era capaz de entregarnos.

Ready Player One es Spielberg regresando sus orígenes. A cuando era capaz de alimentar al niño interno del espectador y provocar en su audiencia ojos de plato de emoción y un sentido de aventura que mueve los pies. Ese Spielberg que alguna vez nos apantalló con dinosaurios en pantalla o nos enterneció con un extraterrestre de nombre E.T.

Ready Player One

Wade vive en un futuro distopiano de ésos que no se antojan nadita, donde la gente ha perdido no sólo muchos de sus recursos y vive enclaustrada en contenedores gigantes, pero también la capacidad de conexión y convivencia. El mundo entero se conecta a un juego de realidad virtual conocido como OASIS donde pueden ser quienes quieran ser (y eso incluye a muchos personajes de la televisión, el cine y los videojuegos que vas a reconocer) y disfrutar de un mundo que los complace como la realidad ya no es capaz de hacerlo.

Cuando Halliday, el creador de dicho mundo, fallece, a la Willy Wonka con su boleto dorado, deja escondidas tres llaves dentro de OASIS con la promesa de que quien las encuentre y rescate con ellas un huevo de pascua se convertirá en el heredero de todos sus bienes, incluido el programa. Wade -en la forma de su avatar, Parzival- se hará de un clan para encontrar las llaves y de enemigos que le van pisando los talones hasta amenazar su vida dentro y fuera de la realidad virtual.

Ready Player One

Con esta sencilla premisa, que resulta tan actual en un mundo no sólo de redes sociales (donde de algún modo todos somos avatares de nosotros mismos) pero también de videojuegos cada vez más envolventes, Spielberg crea un universo repleto de referencias para todo mundo, para los gamers (Halo, Street Fighter, Mortal Kombat), los cinéfilos (Alien, Say Something, The Shinning), los otakus y amantes de la animación (Gundam, Ninja Turtles) y hasta los melómanos (Duran Duran, Daryl Hall & John Oates) que se siente como un homenaje a todo lo que la gente que seguimos el género amamos.

Ready Player One (basada en la novela homónima de 2011 de Ernest Cline) se siente como la mezcla perfecta de los universos de Wreck it Ralph con San Junipero (Black Mirror), y más allá de ser únicamente una colección de memorabilia nostálgica, se desarrola en una intensa aventura Spielbergriana de las que tienen todos los ingredientes para convertirse en cinta de culto: un protagonista relacionable, una odisea inspiradora, una heroína que rompe madres, un sentido humano incluso en las escenas de acción y de pelea, y los visuales para acompañar.

Ready Player One

Ready Player One es la aventura ideal para esta época que nace de tantas que vinieron en el camino.

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