Así como hay un «mejores obras» también tiene que haber lo peor, y estos tres musicales no lograron sacarle provecho a 2018.

Ni modo, amigos, donde hay un ganador también tiene que haber un perdedor. Este año vimos a la Ciudad engrandacerse con musicales como Los Miserables (OCESA), Hello, Dolly! (Claudio Carrera, Tina Galindo y Morris Gilbert), El Beso de la Mujer Araña (Juan Torres)…y hasta estaríamos dispuestos a meter por ahí a Barbie Rock N Royals (Gerardo Quiroz), pero no todo fueron risas y diversión, y como siempre, estrenaron unos cuántos musicales que siguen sin aprender de los errores de sus antepasados.

Empecemos con la lista, pues.

LOS 40 EL MUSICAL

De lo peor que ha presenciado la Ciudad de México en teatro musical. Una puesta sin pies ni cabeza, repleta de canciones forzadas y peor tantito con un elenco que no podía ni siquiera cantarlas (al menos el primer elenco, ya después trajeron a Luja Duhart y las cosas debieron haber cambiado aunque fuera poquito).

El vestuario patrocinado por Levis parecía un constante anuncio sobre el escenario, los personajes una franca copia de los de Hoy No Me Puedo Levantar, Venancio incluido, y lo peor, en un intento por ser diversos, abordaban el tema de la homosexualidad desde el lugar más estereotípico y ofensivo posible, volviéndose una obra casi homofóbica.

Una más de las importanciones españolas que se debieron haber quedado en el Viejo Continente.

SWEENEY TODD

La versión patito de uno de los grandes musicales de Sondheim, toda musicalizada con un pianito Casio que volvía la orquestación un franco one-man show de viernes por la noche en el Barón Rojo.

Los actores estaban dirigidos completamente fuera de personajes, pero ninguno más que Lupita Sandoval, que se dedicaba a hacer de su Mrs. Lovett una mezcla entre la Madame Thenárdier de Les Mis y algún personaje de La Hora Pico en Televisa.

El diseño de maquillaje chocaba entre personajes, haciendo del Sweeney de Beto Torres un polvorón blanco en medio del resto del elenco a los que ni remotamente les aventaron tanto polvo en la cara. Dispareja, con un diseño sonoro muy deficiente y actuaciones flojas, a esta Sweeney Todd le faltó mucha carne en su pay.

JACK DESTRIPADOR, EL ROCKSTAR DEL HORROR

El intento de uno de los Mascabrothers (Freddy Ortega) de convertirse en dramaturgo serio de musicales, y uno que no logró levantar precisamente porque su guión tenía demasiadas deficiencias como para poder superarlas.

Los números de baile y el elenco sobre el escenario hacían todo lo posible por sacar adelante una obra que tan sólo en el primer acto tenía cuatro diferentes canciones en las que se presentaba al protagonista.

Lenta, repetitiva y finalmente aburrida, ni siquiera actores increíbles y un director visionario como Miguel Septién lograron salvar el hecho de que ese guión debió haber sido trabajo un par de años más, y pasar por un proceso de tallereo, antes de ser montado para público. Un recordatorio más de que no hay que tratar de correr antes de caminar.

¿A ustedes cuáles les quedaron mal?

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