Ya vimos Tiny Beautiful Things, serie basada en el mismo libro que Pequeñas Grandes Cosas, y Sugar está de vuelta en nuestras vidas.

Si eres teatrero, y si estás leyendo El Aquelarre es muy probable que lo seas, seguramente estarás familiarizado con Pequeñas Grandes Cosas, obra que Mariana Garza, Marcos Radosh (alternando con Daniel Bretón), Amanda Farah (después suplida por Nohemí Espinosa) y Alejandro Morales estelarizaron en 2021 en el Teatro Milán, regresando vida a ese escenario después del cierre de la pandemia.

Seguramente también sabrás que Pequeñas Grandes Cosas, la obra, es una adaptación del libro de Cheryl Strayed, Tiny Beautiful Things, que recopila a manera de ensayo una serie de cartas que el personaje que Strayed encarnaba de manera anónima, Sugar, recibía para después responder en una columna de The Rumpus compartiendo mucho de su vida personal. De modo que en dicha adaptación hay mucho de verdad de forma casi documental sobre el pasado tormentoso de la misma Cheryl Strayed, alias Clare Pierce.

¿Pero qué es la serie entonces? ¿Es como la obra? No tanto como se imaginan…

La serie, que en México se puede ver a través de Star+, ofrece una mirada a aquello a lo que la obra de teatro sólo se asoma: la vida personal y los recuerdos de adolescencia de Clare, o sea Sugar. Ahí en donde en teatro son las cartas de los lectores las que forman el arco narrativo que finalmente nos deja ver mucho de lo que Sugar llegó a vivir antes de dedicarse a los consejos online, la serie toma poco de las cartas, sí hay una o dos por episodio, y se enfoca mucho más directamente en el desastre de vida que a Clare se le sale de las manos continuamente, la relación con su madre, su padre, su hermano, su esposo y la hija que parece odiarla.

Al igual que Pequeñas Grandes Cosas, Tiny Beautiful Things comienza cuando Clare recibe la oferta de convertirse en Sugar y dedicarse, sin paga alguna, a contestar cartas urgentes de personas necesitadas de alguien que les escuche y apoye. Con una pasión por la escritura, pero habiendo descarrilado sus planes al punto en el que la escritura ha dejado de formar parte de su vida, Clare decide aceptar el trabajo como un escape para desahogar mucho de lo que carga dentro, y tener un espacio donde su pluma pueda volver a brillar.

Si recuerdan la mención a un regalo que le otorgó su mamá antes de morir y que ella despreció porque le quedaba demasiado grande (un llorar en el teatro con esa anécdota), el primer capítulo retoma a partir de ahí para regresarnos con frecuentes flashbacks a momentos antes de que su madre fuera diagnosticada con cáncer y momentos después de su muerte, cuando Clare dejó entrar la autodestrucción y adicciones a su vida. Básicamente la mitad de la serie sucede en este pasado.

Mientras en el presente, Kathryn Hahn interpreta a una Clare que está lejos de haber puesto su casa en orden. Luego de gastar el fondo universitario de su hija, sin permiso de su esposo, para ayudar a su hermano, que vive aún peor que ella desde la muerte de su madre, Clare es desalojada de su casa por su marida, despreciada por una hija que la culpa de haber arruinado su relación con la compañera de escuela de la que está enamorada, y despedida de su trabajo luego de ser acusada de conducta inapropiada con una paciente del asilo en el que labora (luego de que se descubra que duerme en su cuarto para no dormir en la calle).

Correcto, la Sugar de Hahn y la de Mariana Garza no podrían ser más dispares, y a pesar de venir de las mismas anécdotas, Tiny Beautiful Things nos regala a una mujer al filo de la histeria, mientras Mariana nos llevaba de la mano desde un lugar tierno y maternal en el que era capaz de ver lo sucedido en su vida a través de un espejo retrovisor que, la hacía más sabia gracias a la experiencia, pero no parecía afectarla en el presente. Son dos «Sugar» completamente distintas, pero dos igual de adorables, entrañables y llenas de defectos que al final del día las hacen personas de carne y hueso.

¿»Papa Zombie» y «¿Qué Carajo?» harán una aparición en la mini serie? sólo podemos esperar. Ese último, de hecho, ya asomó un poquito la cabeza desde el capítulo piloto. En fin, Tiny Beautiful Things es un apéndice ideal para complementar la experiencia de Pequeñas Grandes Cosas con un lado B a la historia de la escritora. Y dado que la serie está producida por Reese Witherspoon (que con Wild tuvo su primer acercamiento a adaptar una novela de Cheryl Strayed) sabemos que no puede haber fallo.

¿La recomendamos? Cien por ciento. ¿Nos hace desear que la obra vuelva a cartelera? Como nunca.

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