Natasha Lyonne y Amy Poehler tomaron el concepto de Groundhog Day e hicieron con él una sátira de la vida neoyorkina y la crisis de los treinta que no sólo es divertida a morir (pun intended), pero además increíblemente inteligente.

Es posible que desde ya, Russian Doll se esté posicionando como una fuerte contendiente a la mejor serie del año. Y es que no hay manera de no amarla y disfrutarla hasta la médula.

Justo el día de su cumpleaños 36, después de asistir a una clásica fiesta ultra hipster neoyorkina y haberse ido a casa con un desconocido, padre de dos, Nadia se atraviesa la calle buscando a su gato perdido, Oatmeal, y es atropellada por un taxi, muriendo instantáneamente.

El tema es que no permanece muerta. En un abrir y cerrar de ojos, Nadia está de regreso en el baño de la fiesta donde comenzó la noche, y la historia se repite una y otra vez. La antiheroína, adicta a todo, demasiado honesta para ser verdad, protagonista de esta historia, encuentra bobas y dramáticas maneras de morir una y otra vez, siempre regresando a la vida en un bucle de tiempo del que no puede salir.

La premisa no es precisamente un hilo negro, y se ha visto desde Groundhog Day y hasta Happy Death Day, pero lo que hace especialmente original a Russian Doll es su escritura. Diálogos increíbles que simplemente quieres citar por todos lados y bordar en almohadas, y una Natasha Lyonne tan precisa en su manera de dibujar al cínico treintañero de Nueva York -al que ni siquiera la muerte le afecta tanto- que a pesar de ser en muchos sentidos insoportable, es imposible no amarla.

Encima de todo, Amy Poehler y Leslye Headland (creadoras y guionistas) rodean a Nadia de un colorido grupo de amigos, ex amantes y hobos que son una delicia de comenzar a conocer poco a poco, y cada vez más profundamente conforme el tiempo se repite. Su amiga Maxine (que pierde los estribos cuando cocina) es una parodia del adulto contemporáneo extra tan absurda que cada cosa que sale de su boca la quieres memorizar para siempre.

Y si te estás preguntando, ¿cómo es que van a lograr que esta premisa que a otros les ha durado sólo 90 minutos, dé para una temporada entera (o más)? La respuesta llega al final del capítulo 3, cuando te das cuenta que eso que le está pasando a Nadia no es un síntoma individual, y podría ser mucho más grande de lo que cualquiera imagina. Tenemos un misterio en las manos.

Russian Doll. No te la pierdas. Es probablemente lo mejor que vas a encontrar en Netflix ahorita.