Es una lástima que una película no sea buena simplemente por las intenciones de quien la realiza, lamentablemente en este mundo es necesario que una película cuente con bastantes requisitos para que sea solo buena, algunos más para que sea excelente y muchos más para que se transforme en un todo un clásico.

Esto se los cuento porque fácilmente y sin mucho esfuerzo la película Campeones es contundentemente la peor película de futbol que he visto en toda mi vida. La intención del film e incluso la temática es loable, sin embargo, la manufactura de la misma es una aberración que produce muchos mini-ataques cardiacos mientras la observas. Es mala en prácticamente todos y cada uno de los departamentos técnicos que conforman cualquier largometraje de cualquier lugar del mundo, y eso es decir mucho.

La historia es una especie de homenaje a la trayectoria de Jesús Ramirez como entrenador de aquella selección sub-17 que ganó el mundial juvenil en Perú. Reitero, la idea no tenía nada de equivocado, pero el resultado es una suerte de videohome (para todos aquellos que recuerdan ese extinto formato) que no logra conectar con el público de ninguna manera, las actuaciones son terriblemente amateur y los momentos dramáticos pareciera que fueron seleccionados al azar, no hacen sentido, no aportan y no construyen nada.

Lo que vemos en pantalla por más de 90 minutos recuerda más a un ejercicio estudiantil, una especie de cortometraje que se entrega en segundo semestre de la carrera, un corto ejecutado por un montón de personas que sabes que nunca más en su vida volverán actuar.

A lo mejor es un nuevo modo de filmar una película sin director, porque la película se ve más improvisada que cualquier presentación escolar, las tomas de cámara hechas por el tío en los XV años y la tensión futbolera teórica simplemente no existe. Y sí, ya sé que todos sabemos que ganamos el mundial, pero al final la película lo retrata tan mal que el viaje para lograrlo se antoja fácil, aburrido y sin personajes memorables en ningún sentido. Ni siquiera se molestaron en armar un monólogo épico por parte del entrenador, ni siquiera….

En serio que padre que quieran hacer homenajes a deportistas legendarios (porque esos chicos y sus entrenadores claro que lo fueron), pero deberían ahorrarse este tipo de trabajos que terminan por construir el efecto contrario, y que incluso en un país futbolero como el nuestro, en plena temporada previa el mundial, consiguen fracasar comercialmente. Y ése sí que es un logro increíble.