Una coming of age encarnada por un equipo de fútbol rápido femenil en el que nueve adolescentes, todavía en una edad rara en la que la niñez las tiene agarradas por los pies, a muchas, pero la adultez las llama como premio, las Lobas discuten, crecen, se lastiman, intentan ser sabias y profundas, se cuestionan, se superan y encuentran hermanas en sus entrenamientos de sábado por la mañana que se desarrollan como la vida misma: caótica, imparable, hermosa y trágica. Como agua sin envase, fluyendo sin dirección, tocándolo todo.

Lobas en Foro Lucerna

Las Lobas enamoran desde su verdad. Son un grupo de nueve mujeres que son todas las mujeres y hombres, ¿por qué no?, que de adolescentes tuvieron un grupito repleto de personalidades diferentes y temas sensibles, que los llevó a enfrentarse juntos a una vida adulta que se vuelca sobre uno como una avalancha que no pide permiso y no viene con instructivo. Amistades que quizá perduraron para toda la vida, u otras que se quedaron en el camino, pero que permanecen en el recuerdo de ese curioso momento en el que una etapa se acabó para darle entrada a otra que no se domina tan fácil como un balón.

Lobas en Foro Lucerna

Desde el segundo en el que suena el silbato de Lobas la obra comienza con una explosión de energía que no disminuye sino hasta muy al final, cuando el movimiento es sustituido por quietud y pies en el suelo. Vicky Araico (encargada de la parte más coreográfica del montaje) es implacable y juega de manera inclemente al entrenamiento real de futbol. Sus actrices nunca paran de moverse, de estirarse, de correr, de saltar, y en ningún momento paran de actuar. Nueve mujeres en escena se encargan de hacer de un cuadrilátero a dos frentes una cancha viva donde hay conversaciones simultáneas y el orden es reemplazado por un continuo vaivén, que sería tal cual el de un espacio así fuera de escena.

El trabajo de Paula Zelaya Cervantes (directora y traductora) es sucio con propósito. No busca el estilismo, pero la honestidad. Transportarnos a un entrenamiento que se vuelve inmersivo en Foro Lucerna y que nos permite entender a estas nueve adolescentes desde el interior. Como si estuviéramos en la banca. Parte y no del equipo jugando dentro de la cancha.

Lobas en Foro Lucerna

El verdadero triunfo y gran reto de Paula, sin embargo, se encuentra más en la pluma. Logra convertir el texto de Sarah DeLappe, finalista a un premio Pulitzer, en un momento enteramente mexicano. Y ahí donde la tropicalización quizá no era del todo necesaria, termina volviéndose entrañable, porque conocemos a estas mujeres, sabemos a dónde salen, qué música escuchan, lo mucho que un fin en Cuernavaca o Valle las hace niñas cool del grupito, la relación que una mamá tendría con las amiguitas de su hija a esa edad. Casi una mamá postiza, quizá.

DeLappe escribe nueve perfectos seres humanos en desarrollo. Y no hay personaje débil. Sí hay los más llamativos y adorables, pero de nueve historias, nueve son circulares, nueve funcionan, todas tienen mucho de encanto. Desde la portera que sufre de ansiedad social y en su silencio frente a las demás no puede sino vomitar antes de cada partido, hasta la estudiante nueva, la que ha sido educada en casa, la rara que vive en una yurta y sabe demasiado del mundo porque ha vivido en todos lados, pero no sabe cómo hacer amigas. Y todas las demás en medio: la chiqueada aferrada a una infancia que se le está escapando, la bully que se mete con todas desde el juego y el cariño, la bully que lo hace por dominar desde el narcisismo, la seguidora que aún no se encuentra sólo no quiere estar sola, la religiosa que todo lo pasa por el filtro de lo que tiene aprendido, la líder descubriendo su sexualidad y lo que implica tener el poder para ben o para mal, la que pretende madurez pero aún la rapta la bobería.

Lobas en Foro Lucerna

Lobas no es una historia lineal pero más cercana a viñetas. Este equipo entrena semana a semana para vencer a sus contrincantes (cosa que en general logran), y nosotros sólo vemos ciertos parpadeos de estos momentos en los que dejan sus vidas afuera de la cancha y se reúnen los sábados en la mañana para hablar de lo que en ese momento pareciera primordial: crueldad en Camboya, accidentes menstruales, racismo y lo que tal vez no es racismo, sólo inocente broma, granos en la cara, aves, el despertar de una sexualidad que aún no es para todas, envidias, competencia, chisme, recuerdos de tantos años creciendo juntas. Es sólo a partir de escaparates que las conocemos y las vemos crecer. La cancha es su maceta y ellas están por echar raíces demasiado grandes como para necesitar un terreno.

Lobas en Foro Lucerna

Paula Zelaya hace algo muy bello con sus actrices y las deja jugar a existir. Todo el tiempo en toda esquina del espacio escénico algo está pasando. Alguien está hablando protagónicamente, sí, o no, también se interrumpen y dialogan en simultáneo, pero más importante aún, allá a lo lejos alguien está haciendo un gesto, otras dos a la distancia se están riendo de algún chiste que se contaron al oído, otras se concentran, muchas reaccionan, bellamente algunas se guardan cosas y las ves prácticamente queriendo soltarlo pero luego restringiéndose.

Lobas en Foro Lucerna

El ensamble de actrices de Paula como coach es lo que les permite meter gol tras gol. Risas y llanto en el público. Momentos de proyección, de nostalgia, de recuerdo. No hay eslabón débil en ese escenario, esa cancha, lo cual habla de una dirección de actores limpia y trabajada, y de un talento bruto en un elenco absolutamente diverso. Gente que viene de musicales, de tele, gente que está empezando, gente que lo ha hecho todo. Hay mucha maravilla en el equipo de Lobas, pero tengo que destacar a dos, no porque su talento sea mayor, pero porque sus momentos de gloria son grandes y memorables:

Lobas en Foro Lucerna

Luisa Guzmán Quintero crea a una tomboy tan despreocupada, llena de dicha, que aún cuando puede llegar a ser una piedrita en el zapato, nunca para de ser genial. Es la niña que quieres en tu cancha, la amiga que te saca de tus casillas, pero al final sabes que es increíble tenerla a tu lado, porque te va a hacer vivir, reír, nunca te va a permitir tirarte al suelo aunque te levante a patadas. Luisa se entrega a ese personaje y es un bólido en escena. Una tras otra no puedes esperar por ver qué más va a decir, qué más va a hacer.

Y Alicia Candelas logra una cosa muy complicada. Se chiquea, hace vocecita, se caracteriza incluso de la infantil, la ingenua, le negada a crecer por ahora, y en su decisión hay algo peligroso que pudo haber caído en el ridículo, la caricatura y el tono descoordinado con el resto de sus compañeras, y sin embargo, es más poderosa su carisma, su capacidad de construir un personaje 360 y su vela cómica, y a pesar del reto y la delgada línea en la que decide caminar, sale airosa y se vuelve favorita instantánea de este grupo.

Lobas en Foro Lucerna

Todas son coleccionables del álbum panini, las conoces, las quieres, son y fueron tus amigas. Y todas tienen su momento. Incluso para la callada Claudia González Menchaca que debe trabajar toda la obra desde la restricción y procurdando esconderse, cuando se le entrega el spotlight lo toma con coraje. Pero la sorpresa llega con la entrada de Arcelia Ramírez, la única adulta en la historia, que no hace si no una aparición de minutos para el cierre de la puesta, y no necesita de mucho mayor tiempo para ser voraz. Es visceral y contagiosa y lo que provoca en el elenco joven es inmediatamente visible. Aparece como fuego artificial, brilla y explota por un momento que quisieras sostener para siempre y así como llegó se va y atrás deja luminiscencia en los ojos.

Lobas en Foro Lucerna

Lobas es bellísima. Un trabajo tierno. Una puesta con corazón y recuerdo. Hay tantos momentos para reír, risa que no nace de una comedia que busca carcajadas, pero que te pica para recordarte que tú fuiste ésa o aquella, y si no lo fuiste tú, tu amigo, tu prima, tu hermana, tu bully. Ríes porque lo conoces. Lo conoces todo. Las situaciones, el intento por pretender mayor sabiduría, mayor mundo, la caída en lo inevitablemente inmaduro, la bobería, lo simple y a la vez enorme que parecía todo en ese momento. Y de ahí también lloras, también te da rabia o nostalgia. Lobas no es un gol cualquiera, es uno de chilena que provoca que el estadio completo se ponga de pie para aventar las banderas en el aire.

Lobas se presenta de viernes a domingo en Foro Lucerna.