El revival de Funny Girl con Beanie Feldstein ya hizo su estreno oficial en Broadway, y la crítica no está feliz con lo que vio.

Era the talk of the town, pero parece ser que la nueva Funny Girl no está convenciendo a los críticos de Broadway. El esperado revival protagonizado por Beanie Feldstein, Ramin Karimloo y Jane Lynch abrió oficialmente este pasado 24 de abril en el August Wilson Theatre, y los reviews ya están por todos lados… y no son especialmente buenos.

La cosa es que éste es el primer revival de Funny Girl, después de la aplaudidísima versión de 1964 con Barbra Streisand como Fanny Brice, que para 1968 ya se había adaptado a película, lo que implica que las expectativas eran enormes, y las comparaciones imposibles de evitar.

Ahí les va:

New York Post: Los espectadores entre la audiencia de Funny Girl no son la gente más afortunada. La mediocridad de lo que los expectantes fans de Fanny Brice están finalmente viendo no es particularmente graciosa, no está bien cantada, ni bien diseñada, ni bien dirigida. El número mejor logrado «Sadie, Sadie» apenas si pasa; el peor, «People» es una incómoda decepción. En las escenas habladas, las bromas están forzadas peor que el motor de una Hummer en la carretera, y sólo algunas consiguen un par de risas amables. Lamento decirlo, pero Feldstein no está al nivel de Broadway.

Daily Beast: La puesta, como la película, tiene vestuarios extravagantes (de Susan Hilferty), brilla como debe, pero también se siente restringida. Una historia que se congela y no progresa, y una pareja al centro, Fanny y Nick, que son más confusos que chispeantes. Es difícil saber lo que debemos pensar de ellos. Bajita la mano hay una química servicial entre Feldstein y Karimloo, en vez de una abasalladora y apasionada, y su relación se siente como una transacción en vez de un romance desde el principio.

Deadline: El show que hizo de Barbra Streisand un ícono del teatro musical, no va a lograr lo mismo por su nueva estrella, pero tampoco está al nivel de ‘¿cómo se atreve?’. El revival de Funny Girl batalla por demostrar el por qué del musical en la historia de Broadway sin la intérprete que lo puso ahí en primera instancia, y eso, es un caso perdido.

The Hollywood Reporter: Beanie Feldstein tiene una adorable vocecita para un papel que requiere el poder del belteo, y actúa infantil, nunca logrando vender la tremenda hambre que lleva a Fanny a convertirse en estrella del Ziegfeld Follies de los 20’s. Feldstein se apoya muchísimo en la comedia con gran carisma, pero le cuesta trabajo localizar la vulnerabilidad cruda de Fanny en años posteriores, cuando su matrimonio con el apostador, Nick Arnstein (Ramin Karimloo) se empieza a caer en pedazos.

New York Stage Review: Feldstein está lejos de ser una excelente cantante. Es una cantante cuidadoso, lo que implica, que está entrenada como se debe, pero temeroso de no dar la nota, en espera de que toleremos la falta de brío que se necesita para vender números como «People» y «The Music That makes Me Dance». Pero todo se resume a que Fanny Brice merece algo mejor, tanto como la audiencia merece llegar a conocerla mejor. Era una mujer fuerte, como todas las estrellas deben serlo, no una niñita tierna.

New York Theatre: Tenemos dos preguntas: ¿Logra Beanie Feldstein, casteada en el papel de Streisand, hacernos olvidar a Streisand, o al menos hacer suyo el show? Y si eso fallara, ¿tiene la producción lo suficiente como para que la interpretación central no importe demasiado? La respuesta a ambas preguntas es: no.

Time Out: Bajo la dirección notoriamente anticuada de Michael Mayer, prácticamente todos los actores están forzados: Jane Lynch no funciona casteada como la madre judía protectora de Fanny -en su sweater tejido de lana parece más como el cuidador de un faro en Maine- y Peter Francis James como Flo Ziegfeld ladra sus diálogos como su fuera el Gran y Poderoso Mago de Oz. Pero la cosa es ésta, sabes que una producción de Funny Girl no funcionó cuando sales del teatro pensando… bueno, al menos la escenografía estaba linda.

Variety: El personaje de Fanny -y la interpretación de Feldstein- nunca logra pasar más allá de lo sentimental, lo cansado y los cliches que ya están tan vistos de la mujer que no puede parar de amar a su hombre, incluso cuando básicamente todos los personajes en escena (y la audiencia junto con ellos) saben que están perdidos. Para cuando cantar un reprise empoderado de «Don’t Rain On My Parade» ya es demasiado tarde. La Fanny de Feldstein es una niña-mujer, a veces terca, incómoda y boba. Claramente prezoc, Feldstein se recarga en gesticulaciones exageradas más que en herramientas de comedia más maduras. Cierto que uno de los personajes cómicos de la verdadera Fanny era Baby Snooks, pero eso no significa que este show biográfico tenga que reflejar una visión infantil de la adultez.

Vulture: Canción tras canción la voz de Feldstein es una decepción. Penetrante y desagradable en las notas altas de cabeza, desvanecidas y desafinadas cuando se va para abajo. Simplemente no es el tipo de sonido que uno espera escuchar en Broadway.

The Washington Post: Más que incandescente, el momento de estrellato de Feldstein es un logro muy aterrizado. Bien cuando está ejecutando los aspéctos cómicos, no tan bien cuando le toca cantar. Le iba mucho mejor el papel de Minnie Fay en el revival de Hello, Dolly! Entonces, tal vez, si bajas tus expectativas, puedes encontrar en la Funny Girl de Mayer diversión plácida, un viaje al pasado entretenido a esos días de musicales con vestuario y escenografía de lujo y canciones que tu mamá y papá, o abuela y abuelo, se ponían a escuchar en su estéreo.

Ouch, ouch, ouch y más ouch.

Se esperaba que el regreso de Funny Girl a Broadway fuera tan grande como el revival de The Music Man con Hugh Jackman, pero después de leer estas críticas, nos sorprendería que pasara de unos cuántos meses de temporada.

Ni hablar.

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