Tenemos las primeras imágenes de la She-Ra que Netflix decidió revivir que, como los Thundercats antes que ella, cambió por completo de la que solíamos conocer.

¡Niños de los ochentas, regocijénse! (o bien, retuérzanse en el piso, puristas)…

Con motivo de la San Diego Comic Con, la revista Entertainment Weekly nos trae un primer y exclusivo vistazo al no tan esperado reboot de la icónica serie animada She-Ra que Netflix y DreamWorks Animation planean estrenar en otoño de este año.

Bajo el nombre de She-Ra y las Princesas del Poder, la renovada versión de la princesa guerrera que definió el girl power de los ochenta, está encabezada por Noelle Stevenson, una joven escritora e ilustradora con dos premios Eisner bajo el brazo por las novelas gráficas Nimona (2016) y Lumberjanes (2015).

A juzgar por las primeras imágenes -y hablando como fan del trabajo en cómic de la creadora- no me queda ninguna duda que esta She-Ra dista mucho de la heroína de antaño que solíamos conocer.

De entrada, el diseño de personajes es mucho más amigable que al que nos acostumbramos por parte de Filmation, la antigua compañía productora de la serie (aceptémoslo, aquella Adora era la epítome del resting bitch face). Además, podemos vislumbrar una probadita de la diversidad de personajes que caracteriza al trabajo de Stevenson, como los kilitos de más en Glimmer (un poco de junk in the trunk no está mal) y la versión latinizada y rejuvenecida de Bow (bye pornstache pelirrojo a la Magnum P.I.).

Si esto es indicio de algo, esperen un rediseño de personajes de todas tallas, colores de piel y hasta orientaciones sexuales.

En cuanto a la historia, Stevenson promete que se respetarán los orígenes de Adora, una joven separada de su familia cuando era bebé y enviada a otro planeta donde es adoptada y criada por el villano, para después darse cuenta que papi no es tan bueno como ella creía. Tras encontrar una espada mágica que la transforma en la guerrera mítica She-Ra, Adora debe decidir entre el bien y el mal mientras aprende a usar sus poderes y a aceptar su nueva identidad.

Si la serie mantiene el sentido del humor y el corazón de los trabajos impresos de Stevenson, combinado con la magia y lo kitsch de su predecesora, puede que Netflix tenga el poder de atrapar la curiosidad de los nostálgicos y al mismo tiempo crear una nueva legión de fans.

Por lo pronto yo ya estoy enganchado, ¿ustedes le darán una oportunidad?