Televisa ha tomado una decisión que pone muchas de sus cartas en la mesa: cancelar Like La Leyenda y darle su lugar a unitarios fársicos que se vuelven la burla de Internet. ¿Qué significa esto?

Los cuatro jinetes del apocalipsis llegaron a la televisión abierta en forma de Like La Leyenda, cuya cancelación anuncia la inminente fecha de caducidad del gigante más grande que se ha visto glorificado por la falta de competencia televisiva en este país: Televisa.

Primero lo primero, ¿qué pasó?

Televisa de la mano de Pedro Damián puso todas sus fichas en su nueva telenovela juvenil, mal nombrada «la nueva Rebelde», Like la Leyenda. Y cuando digo «todas sus fichas» me refiero a ¡money, money, money, money! Tanto así que antes siquiera de estrenar la serie, la producción ya se había ido a grabar algunas escenas a Israel con su elenco juvenil protagonista porque #YOLO.

El elenco adulto de Like la Leyenda.

Sumado a eso, Pedro Damián regresó a su fan favorite Christian Chávez en uno de los roles principales y lo rodeó de un grupo de nombres llamativos como Óscar Schwebel, Zoraida Gómez, Ceci de la Cueva, Karla Cossío y un largo etcétera que apuntaban para una Rebelde 2.0 pero con el twist de lo novedoso; y encima de todo complementó la telenovela con un glaseado de Glee al hacerla semi-musical (reggetón incluido, porque hay que ser modernous), y una espolvoreada de lo que en MTV ha funcionado tan bien que es tener un cast diverso integrado por actores de distintos países Latinoamericanos (y hasta japoneses).

La idea era volver a lanzar un producto que pudiera ser exitoso en todos los ámbitos posibles: el televisivo, el musical y el «celebrity» -a falta de un mejor nombre- que pudiera posicionar a su elenco de niños del CEA como los nuevos Anahí y Poncho Herrera que pudieran lograr desmayos multitudinarios en Brasil.

No pasó.

Elenco juvenil de Like la Leyenda.

A poco más de un mes de su estreno, Televisa hizo un movimiento radical (que en Estados Unidos es tipiquísimo con los shows que no están funcionando, pero que en México nunca se ve…al menos en el ámbito telenovelero): cambio Like de horario, destinándola a las 17:30 pm, hora súper impráctica para la audiencia juvenil y básicamente dejándola morir en el olvido hasta noviembre, fecha en la que le darán cuello sin siquiera dejarla estrenar una segunda temporada.

Encima de eso, dándole su horario a La Rosa de Guadalupe y Como Dice El Dicho (y próximamente otro unitario de temática sumamente parecida, es decir, «tía», conducido por la Josa), programas con un rating altísimo para la cadena, pero que son francamente una burla que la gente sintoniza para ver qué memes pueden salir de ahí. Estrategia que definitivamente está funcionando para colocarse Trending en redes sociales (que es finalmente lo que parece importar hoy en día) y que tiene a los escritores lanzando a niñas por ventanas detrás de celulares y colocando a los tenis Converse como sintomáticos de la «epidemia emo».

Mientras tanto Like, que se quedó en el suelo viendo a su competencia Élite en Netflix despegar, se volvió uno de los gastos más dolorosos de la cadena que jamás consideró que es precisamente el público juvenil el que ya abandonó el formato clásico de televisión para migrar a otras plataformas. Una generación milennial y centennial que difícilmente se sienta en su sala todos los días a la misma hora para seguir una trama, y que prefiere el contenido digerible y digerido de los vloggers en YouTube y la facilidad de elección de los Netflix y Primes de la vida que no los colocan en la complicada posición de sintonizar bajo restricciones que se sienten de otro siglo.

Y ahora Televisa pone sus cartas sobre la mesa. Su programación se ve forzosamente orillada a volverse unitarios que no requieren de un seguimiento, que no crean estrellas ni fanatismo, pero mínimo pagan la renta, dirigidos a jóvenes twitteros que están esperando lo más atroz de estos programas para volverlo gif viral y divertir a sus propios seguidores, que ya son más fieles que los feligreses de la cadena que están abandonando el barco más rápido de lo que Pedro Damián es capaz de decir «¡Acción!»

¿Y el futuro de la televisión? No está en la televisión, chavos. Eso ya es cosa de dinosaurios.