Dos actrices, dos monólogos, un mismo teatro, una misma sala, un tema, dos maneras de abordarlo abismalmente distintas, los dos igual de disfrutables. Tienes que ir a La Teatrería a ver Ausencia y La Avestruz.

Pareciera que en La Teatrería se pusieron de acuerdo para presentar dos monólogos femeninos en la Sala B para el mismo mes, sólo que uno se presenta los martes y el otro los viernes; y siendo muy honestos no podrían ser más diferentes; pero es justo por eso que vale la pena ir a ver los dos. Al final ambos tratan del amor, pero desde dos puntos de vista que no podrían ser más contrastantes, y dos tonos que evidencian que para el monólogo no existe género.

AUSENCIA

Ausencia

Escrito por Marco Vieyra, basado en textos de Angélica Lidell y espectacularmente actuado por Magali Boysselle; Ausencia habla de las relaciones de aquellos que nadan en la disfuncionalidad como peces en el agua, y que llegan a ese punto de necesidad hacia el otro que ya no se dan cuenta lo dañinos que están siendo para sí mismos.

«Mía» se acerca con tres personas con el público, desde antes de que den la tercera llamada, para darles a cuidar unos pares de zapatos, y luego poco a poco durante la obra va pidiendo que le regresen sus preciados objetos, objetos a partir de los cuales hace un recuento de sus relaciones pasadas repletas de violencia, infidelidad y esa posesión que tan fácilmente se disfraza de amor. Magali hace a «Mía» sumamente carismática, por lo cual resulta aún más difícil creer que esa ligera mujer que tenemos ante los ojos pueda llegar a caer tan bajo en la búsqueda de afecto.

Ausencia

Con «Mía» ríes, lloras, recuerdas, y sí, a momentos se puede pasar de intensa y ponerse a aventar sillas en el escenario (nivel que pudiera resultar un tanto innecesario), pero al final empatizas tanto con ella que de hecho su última acción provoca que el público se salga de sus butacas y se convierta en parte de la ficción -no se los vamos a spoilear, pero es un momentazo.

LA AVESTRUZ

La Avestruz

Dirigida por César Enríquez, escrita por Saúl Campos y actuada por la «ex-mentirosa» Crisanta Gómez, La Avestruz te lleva a un lugar de absoluta ligereza, risa imparable, cero pretenciones y muchas proyecciones. Regina es una futura dama de honor, probándose un horrible vestido amarillo que le queda tres tallas más chico en un probador de tienda. Mientras hace lo posible por embutirse en la tela, Regina va haciendo un recuento -casi estilo stand up- de todo lo que le parece horrendo con el teatrito de casarse.

Conforme va recordando los pormenores que la llevaron a ese momento de falta de amor en su vida, Regina se va dando cuenta que no es que no crea en el amor, pero que el amor le ha quedado tan mal que ya no es capaz de confiar en él.

La Avestruz

Acompañada de un pianito (que tampoco es del todo necesario y a veces más intrusivo que gracioso), Regina va haciendo chiste tras chiste y pasando de referencia pop a referencia pop, desde Paty Chapoy y hasta el «ebria, sola y devastada» de Carmen Campuzano (o sea que sí, el texto es bastante jotero) y de vez en cuando hasta cantando (porque Crisanta no se podía ir sin cantar), para completar un círculo de sanación y auto-aceptación del que hace completamente parte a su audiencia. Es una Crisanta Gómez que no sabías que existía, una que se toma cero en serio a sí misma, dispuesta a quedarse en calzones en el escenario arrastrándose por el piso, y que vas a estar feliz de conocer.

Ausencia se presenta los martes a las 21:00 hrs – Calificación: 9.0

La Avestruz se presenta los viernes a las 20:30 hrs – Calificación: 8.5